Al seguir el eje principal por Rutas Nacionales Nº 5, 6 y 7 el viajero tiene la oportunidad de encontrarse con el legado artístico y cultural que dejaron los misioneros jesuitas y fundamentalmente con sus pintorescos cascos de estancia, testigos silenciosos de la forma de vida de los misioneros e indios de siglos pasados.
Una parada ineludible, es la visita a la Estancia Señora de los Desamparados, más comunmente conocida como La Calera, con  su antiguo casco, fiel testimonio de los enceres de la vida de los jesuitas.
La Estancia Reboledo, con su Casco del S. XIX, es otro de los puntos imperdibles. Su mirador  fue un antiguo puesto jesuítico de la Estancia La Calera del S.XVIII por su  estratégica posición en la zona, y lugar de encuentro y negociación de paz durante la revolución de 1827 entre Pedro Etchegaray y Aparicio Saravia.
El casco de Estancia “El Chajá”, ubicado sobre  la Ruta Nacional Nº 6, que en el siglo XIX funcionaba como herrería de piedra  hoy en un centro recreativo y educativo dónde se puede almorzar y alojarse disfrutando de  magníficas instalaciones.
La Estancia Santa Clara, por otra parte, es un majestuosa obra arquitectónica, que seduce al visitante con su estilo francés, de la belle – époque.  En sus campos y en un entorno muy agreste sobre el arroyo Timote, se conservan unas ruinas de lo que fue una de las primeras agroindustrias con las que contó el país.
Muy cerca, es posible visitar la antigua grasería de los Jackson, donde se derretía la grasa animal para fabricar velas y jabones y que durante el siglo XVII operó como puesto jesuita.
Siguiendo por esta ruta llena de cultura e historia, se encuentran vvarios  establecimientos rurales que se formaron en el S. XIX, cuyos campos eran parte de la Estancia de los Jesuitas, denominados “Pastores de la Calera”. Algunas son: El Tornero, Las Rosas, San Pedro de Timote.
*Recomendamos coordinar este paseo con la División de Turismo de Florida.
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